En este post hablaremos acerca de dos conceptos muy importantes que son la inversión y el trading.
En la actualidad, existen innumerables fuentes donde usualmente recibimos información, principalmente de Internet, en las cuales ese bombardeo de propuestas, formas de ganar dinero en la actualidad, tips de inversiones, entre otros, aparecen dos conceptos que están muy relacionados entre sí pero que esencialmente son cosas distintas: Una es a largo plazo y el otro para mediano y corto plazo.
Comenzamos por el primero, la inversión. Este término, si bien es bastante general, en lo que respecta al entorno bursátil hace referencia a la construcción de un portafolio diversificado de instrumentos financieros (como las acciones) en el que se espera que tengan un buen desempeño en el plazo de 5, 10, 15 años o para mantenerlos indefinidamente en el tiempo. Como por ejemplo pueden ser los fondos patrimoniales de inversión familiares, fondos de cobertura, fondos previsionales, fondo de bienes raíces, etc.
En contrapartida, el trading o la especulación es el proceso de obtener un retorno de nuestro capital invertido en un período de corto a mediano plazo, que puede ser desde algunos minutos u horas, diarios, semanales, mensuales. En el trading, el riesgo asumido o el colateral utilizado también puede ser denominado como inversión.
El portafolio de inversión perfecto
En cuanto a la estructura de un portafolio, no hay alguna regla general que nos diga qué porcentaje del mismo destinarlo a inversión y cuánto para el trading, pero según algunos expertos, y personalmente lo vengo construyendo de esa manera, un portafolio saludable y conservador sería destinar entre el 66-75% al portafolio de largo plazo y el resto para portafolio de trading. Paralelamente, también se podría agregar otro sistema para el crecimiento del portafolio, por ejemplo, que una parte de las ganancias del trading se destine al portafolio de largo plazo o bien, que se vayan realizando depósitos al portafolio de largo plazo en las acciones o fracción de acciones a través de la estrategia de Dollar Cost Average, que es una forma de promediar el punto de entrada en una acción o ETF específico en el tiempo.